sábado, 31 de agosto de 2024

14. Perversas tentaciones 2


Cuando la chica llegó a casa no escuchó ruidos, supuso que Victoria estaba dormida. Fue a la cocina y metió en el horno una hamburguesa y un poco de papas para calentarlas, y comer algo. Sin sospechar nada se fue a su habitación, se puso un pijama y se acostó, el sueño la venció y se durmió profundamente. Miriam se despertó temprano por la mañana, recordando su experiencia de la noche anterior cuando fue a comprar para su cena y había tenido un encuentro con su vecina Zaida y el novio de esta. La adolescente se percató que Victoria no había ido a despertarla, se le hizo raro pues siempre le avisaba antes de ir al trabajo y ya era tarde por lo que fue a buscarla a su cuarto.

Miriam tenía suficiente confianza con su madrastra y no dudó en entrar sin llamar, grande fue la sorpresa de la chica al encontrar en la cama matrimonial a su novio Carlos desnudo acostado al lado de Victoria también desnuda y con grandes signos de haber cogido. Esto la molestó enormemente pero decidió no decir nada y solo sacar su celular y tomar un par de fotos de la pareja desnuda y durmiendo, después de eso solo salió de la casa completamente furiosa.

Mientras caminaba por la calle sin un rumbo fijo hasta que se encontró a Zaida, la joven mujer aprovechó la situación para invitarla a coger con ella y su novio, Miriam no dudó en acompañarla a su casa. El problema era que Josué llegaría hasta la noche pues estaba trabajando, aun así ella le dijo que si le mandaba unas fotos donde ellas estuvieran follando él dejaría su trabajo y vendría corriendo. Miriam aceptó, le calentaba la idea de coger por primera vez con una mujer y aprender más del sexo, ya que a pesar de su poca experiencia sabía algunas cosas que le había enseñado Carlos.

Una vez en la casa Zaida le explicó que no vivían solos, compartían la casa con los padres y el hermano de Josué. Ella también le comentó que la madre de su novio es una perra, su padre un inútil y el peor es el metiche de su cuñado. “El hijo de puta me espía todo el tiempo, no me puedo bañar sin que intente verme desnuda” –dijo Zaida. “¿Por qué no le dices a tu novio o a tu suegra?” –preguntó Miriam. “Josué no le dice nada y solo se ríe y mi suegra es peor. Solo dice que es curioso y mi suegro dice, que esperabas estas bien buena y el muchacho anda caliente, deberías enseñarle” -respondió Zaida. “¿En serio? –preguntó Miriam con curiosidad. “Sí, el maldito se masturba usando mis calzones, los deja llenos de semen, me doy cuenta cuando los lavo y es asqueroso” –respondió ella. “¡Qué asco! Deberías intentar grabarlo para molestarlo” -sugirió Miriam. “Ya intenté eso y digamos que hubo un pequeño problema o más bien un gran problema” –dijo Zaida con una sonrisa. “¿Qué?” -preguntó la chica con interés. “Su verga, el bastardo tiene 17 años y tiene una verga bastante generosa” –dijo la joven adulta mientras levantó los dedos para mostrar un tamaño aproximado a Miriam. “¿Generoso?  Bueno la naturaleza recompensa a algunos con generosidad” –dijo Miriam. “Lo mismo pensé yo, pero lo vi con mis propios ojos” –confirmó Zaida riendo. “¿Más grande que la de Josué? –preguntó Miriam curiosa.  “Sí, más grande que la de él, no sé como le cabe en los pantalones al hijo de puta” –dijo Zaida. “Ahora me dio mucha curiosidad, bueno más que eso. ¿Y nunca?...” –dijo Miriam deteniéndose. “¿Nunca qué? -preguntó Zaida. -“¿Nunca te han dado ganas de follártelo?” –preguntó ahora sin tapujos. “¿Estás loca? Si me provoca hacer un montón de cosas perversas con él, pero Josué me mataría y luego a él. Sí, lo pensé una vez” –dijo Zaida riendo. “¿Cuándo dime?” –preguntó Miriam. “Una vez fuimos a la playa toda la familia y cuando nos íbamos me tuve que meter a bañar para quitarme la sal del cuerpo, pero el tacaño de mi suegro no quiso pagar dos duchas y me tuve que meter con el pervertido” –le dijo. “¿Y ahí le viste la verga?” –le preguntó Miriam, con lujuria en su mirada. “Sí y era enorme, yo aún llevaba el bikini pero estando tan cerca era obvio que él tendría una erección, y como es un degenerado se la sacó para que se la viera en su esplendor” –le contestó la chica. “Bueno, definitivamente le quiero ver la verga a tu cuñadito” –dijo Miriam, mordiéndose el labio.

Zaida escuchó lo que Miriam dijo y se le ocurrió algo, sacó su celular y le propuso algo. “Y si le hablo a Sebastián en lugar de Josué, ¿qué harías?” –preguntó Zaida. Miriam se sorprendió por la proposición de Zaida y lo pensó un momento. “No me digas que te dio miedo, con lo putita que eres” –le dice Zaida. “Pues, si de verdad tiene la verga tan grande como dices, se la chupo, pero solo si es tan grande como dices, porque mi novio también la tiene grande” –dijo Miriam desafiando a Zaida. Zaida sonrió con malicia y fue decidida a la calle donde su cuñado estaba haciendo nada con unos amigos y lo llamó. Él fue corriendo algo molesto por haber sido interrumpido por la novia de su hermano. “¿Qué quieres? ¡Estoy ocupado!” –dijo molesto Sebastián. “¿Haciendo qué? Perdiendo el tiempo con los vagos de tus amigos. Te quiero presentar a una amiga” –le dijo Zaida y lo llevó a la sala donde estaba Miriam. “¡Hola Sebastián! –dijo Miriam con voz sensual al verlo. “Hola, ¿quién eres? No te conozco” –respondió el chico. “Por eso te la quiero presentar idiota, ella es…” –alcanzó a decir Zaida. “Una amiga” –respondió Miriam sin decirle su nombre al muchacho. “Pues mucho gusto. ¿Ya me puedo largar?” –dijo Sebastián. “¿Te quieres ir? ¿No te quieres quedar con nosotras?” –le preguntó Miriam muy seductora e inclinándose para mostrarle su escote. “Pero, ¿para qué quieren que me quede?” –dijo nervioso el chico al ver las poses de Miriam. Miriam se rio y se acercó a Zaida para besarla, esto sorprendió a la chica mayor, pero se dejó llevar por la situación, mientras Sebastián se calentó al ver como dos mujeres sensuales se besaban ante sus ojos, empezó a tener una erección por el impresionante beso lésbico que veía. Luego Miriam terminó el beso y miró a Sebastián: “¿Aun te quieres ir?” –le dijo, mientras  Sebastián negó con la cabeza. Miriam notó como la verga se macaba en los shorts del muchacho y supo lo caliente que estaba. “¿Sabes bailar?” –dijo Miriam y se levantó del sofá dándose la vuelta y ofreciéndole el culo al muchacho. “¿Qué? Sí, sí sé” –dijo Sebastián entusiasmado mientras tomó a Miriam por las caderas y comenzó a empujar su pelvis con la de ella. La chica pudo sentir como la verga del muchacho se hinchaba más y se clavaba entre sus nalgas, a su vez Zaida sacó su celular y los grabó. “¡No me grabes!” –dijo Miriam molesta pero sin dejar de moverle el culo al chico. “Descuida no se te ve la cara” –le dijo Zaida.

Luego Zaida le dijo a Sebastián que le agarrara bien el culo Miriam y él obedeció, para sorpresa de la chica la cual se apartó, luego se giró y empujo al chico a un sofá de una y se subió arriba de él para seguir bailando. “Vamos Zaida, tú también” –dijo Miriam invitándola. Ella aceptó y se puso a bailar con sensualidad frente al muchacho, mientras Miriam se restregaba completa sobre él. Después Zaida con Miriam cambiaron de lugar, ambas chicas le dieron varios sentones al niño el cual aguantó bien las embestidas sorprendiéndolas,  querían provocar que eyaculara pero no pudieron conseguirlo. Cuando la canción acabó Miriam puso otra. “Segunda ronda, pero más intensa. “¡Quítate la camisa!” –le dijo Miriam al chico el cual no entendió. “Si quieres que nosotras nos quitemos algo debes hacerlo tú también”- si quieres que nosotras nos quitemos algo tú también” –le dijo mirándolo a los ojos. El chico ahora si entendió y no dudo en quitarse la camisa. “¿Nosotras? Dirás tú” –dijo Zaida. “Nosotras dije, si no te quitas nada yo me voy” –amenazó Miriam de forma juguetona. “¡No! ¡Por favor, no te vayas!” –suplicó Sebastián. “Está bien” –dijo Zaida resignada y olvidándose que había dejado su celular grabando. Después de eso Miriam se bajó los pantalones cortos, mostrando unas bragas negras muy pegadas y claramente mojadas, mientras Zaida se quitó la camisa, quedándose solo con el brasier. Luego ambas comenzaron a bailarle otra vez, pero de manera más sugestiva mientras el chico seguía sentado en el sofá.

Se calentaron tanto que ambas chicas que le dijeron a Sebastián que se tirara en el piso, obviamente él no opuso resistencia. Se montaron arriba de él al mismo tiempo, con Zaida dándole sentones en la verga mientras Miriam puso el culo en la cara del muchacho para restregarlo con sensualidad.

Ambas se esforzaron en calentar al chico hasta que eyaculara, pero cuando la canción había terminado no había pasado lo que ellas querían, Sebastián solo tenía el short mojado pero no había acabado aun. “Hijo de puta, tiene buen aguante” –dijo Zaida. “Y buena verga, la sentí mientras bailaba” –dijo Miriam. “Te lo dije, la tiene grande” –añadió Zaida Mientras tanto el chico estaba sin palabras pero con una sonrisa de idiota en la cara y queriendo más obviamente. Sebastián se levantó y continuó frotando su miembro contra el culo de Miriam. “¿Ahora qué vas a hacer? Recuerda lo que dijiste” –dijo Zaida. “Sí, lo sé, pero pensándolo bien, ¿tienes condones?” –preguntó Miriam. “¿Qué? No, ni lo pienses” –dijo Zaida y luego susurró: “¿No me digas que estás pensando en coger con él?”. “Pues sí, ¿por qué no? Tengo curiosidad de saber si este pervertido es virgen o no” –respondió Miriam. “¿En serio? Sí, yo si acepto, quiero follarme a Miriam” –dijo Sebastián muy excitado. “Ya vez, él sabe lo que quiere” –dijo Miriam de manera morbosa. “Se supone que te traje aquí para un trio con mi novio, no con este estúpido” –respondió Zaida. “Sí, pero tu novio no está aquí. Además, hasta tú dijiste que tenías ganas de follarte a tu cuñadito. Yo quiero probar otra verga” –dijo Miriam. “¿Estás loca? ¡Aquí no van a hacer nada! ¡Váyanse a otra parte!” –dijo Zaida casi gritando. “Vamos a mi cuarto, ahí podemos coger bien rico” –dijo Sebastián agarrándole el culo a Miriam. “Ya escuchaste, si quieres tenemos un trio con tu cuñadito” –dijo Miriam sorprendida por la manoseada del chico. “¡Hija de puta! ¡Váyanse a la mierda los dos!” –dijo Zaida. “Tal vez, pero más puta eres tú que quieres cogerte a tu cuñado y ahora te haces la que no quiere. Sebastián, muéstrame tu verga” –dijo Miriam con descaro.

Después de todo lo que Sebastián escuchó acerca de que Zaida también quería coger con ella, obedeció sin dudarlo bajándose el short mostrando una enorme verga erecta y palpitante que babeaba líquido preseminal. Zaida no pudo evitar centrar su mirada en la verga de su cuñado. “Yo no tengo condones para ustedes, búsquenlos en otros lado” –dijo Zaida titubeando. -“Yo tengo, me los regalan en la escuela” –respondió Sebastián muy emocionado. Zaida se quedó sin palabras y solo se fue a su cuarto, se quedó en silencio pensando que hacer, definitivamente se había sentido tentada a la proposición de un trio con Miriam y Sebastián.  Además, también tenía ganas de coger con Miriam pero quería hacerlo con su novio, no con su cuñadito, pero no pudo evitar sentir un agradable calor entre las piernas mientras pensaba y que pasaría si lo hacía. Entonces recordó que en la casa iban a estar ella y su cuñadito solos por varias horas. Sin darse cuenta se ya tenía la mano derecha en su vagina mientras con la izquierda se apretaba un pezón. Al final, tomó la decisión de salir de su cuarto y buscarlos. Ellos ya estaban en el cuarto de Sebastián.

Estaba abierta la puerta del cuarto y pudo ver a Miriam en cuatro sobre la cama chupándole la verga al muchacho, estaba sin camisa y brasier, con sus tetas aplastadas en el colchón, solo tenía puestas sus bragas de color negro, mientras el chico estaba acostado en la cama sosteniendo la cabeza de Miriam con los ojos cerrados, disfrutando de esa mamada que le estaban dando. Zaida observó en silencio desde la puerta mientras se frotaba la vagina, pensó en que no pasaría nada si engañaba a su novio una vez más, aunque fuera con el hermano menor de este. Además, ya le dejaría cogerse a Miriam después. Sin darse cuenta, Miriam había dejado de comerse esa verga y ambos la miraban masturbándose. Zaida solo decidió pasársela bien y se adentró al cuarto mientras se quitaba la ropa para terminar completamente desnuda, Sebastián la miraba con los ojos llenos de una calentura que lo hacía ser morboso y perverso, pero se sorprendió cuando la hembra lo ignoró y centró su atención en Miriam. Zaida sujeto a Miriam por sorpresa y la arrojo a la cama donde comenzaron a besarse mientras él las veía y se masturbaba como un primate. Luego Zaida bajó su cabeza besando el cuerpo de Miriam que daba pequeños gemidos, se detuvo en las tetas de esta para morderlas y chuparlas un poco, para luego terminar de bajar y meter su rostro entre las piernas de Miriam y lamer su vagina por sobre las bragas, mientras Sebastián ya no soportó más el no participar y se colocó detrás de Zaida y recordando todo el porno que había visto metió su cara en el culo de su cuñada y comenzó a lamerlo. Después de un rato en esa posición cambiaron lugares, ahora Zaida estaba de pie en medio del cuarto mientras Sebastián estaba de rodillas delante de ella y le lamia la vagina, a su vez Miriam estaba detrás lamiéndole el culo.

Luego Miriam tomó el lugar de Zaida, mientras esta última le lamia el culo y Sebastián lamia su vagina. Era deliciosamente perverso para Miriam verse envuelta en medio de dos vertiginosas lenguas que le arrancaban inmensos gemidos de placer. Después, las dos hembras le chuparon la verga al chico al mismo tiempo. Sebastián sabía que se iba a follar a su cuñada Zaida y a su amiga. Zaida tomó un condón y se lo puso al muchacho usando su boca, esto para placer del morboso cuñado y asombro de Miriam que había tratado de hacer lo mismo con su novio y no había podido.

Miriam y Zaida decidieron que lo mejor era que la joven cuñada probara si el muchacho era virgen o no, para que todo quedara en familia, a lo que Sebastián no tuvo ninguna queja. De esa forma Zaida se paró con las piernas abiertas a la altura de la pelvis del muchacho y comenzó a bajar su cuerpo lentamente hasta entrar en contacto con la punta de la verga de Sebastián, los labios vaginales de la joven se abrieron para que esa verga entrara. Poco a poco el coño de Zaida se fue adaptando a esa verga erecta, hasta metérsela por completo inmediatamente comenzó a subir y bajar su cuerpo empalándose en la verga de Sebastián y llenando el cuarto de gemidos y gritos de placer. Miriam por su parte no se quiso quedar atrás y comenzó a chupar las tetas de Zaida, mientras se sentó en la cara del chico. Sebastián estaba en la gloria, Zaida y Miriam se lo estaban pasando igualmente bien, tanto que volvieron a besarse, hasta que el pequeño comenzó a moverse compulsivamente, cogiéndose a Zaida  de manera instintiva y con demasiado frenesí, como un animal en celo y comenzó a apretarlas tetas de Zaida.

La joven mujer no estaba preparada para algo así, nunca imaginó que su cuñadito le diera semejante cogida, era un joven macho y ella lo estaba estrenando. Siguieron así varios minutos antes de que él no pudo aguantar más y acabó el condón dejándolo lleno de semen. “¡Oh, eso estuvo genial!” –dijo Sebastián absorto. “Muy bien, ahora yo, pero quiero probar otra posición” –dijo Miriam apenas dejando que Zaida se levantara y dejara salir la verga de Sebastián de su vagina. Obviamente él no iba a dejar escapar una oportunidad así, quería coger con Miriam y le apretaba las tetas. Luego Miriam le quitó el condón usado y limpió el semen que quedó impregnado en la verga del muchacho con su lengua. “Esto es tuyo” –le dijo a Zaida pasándole el condón. Entre la mezcla de morbo, lujuria y calentura que había en el ambiente, Zaida tomó el condón con el semen de su cuñado y lo desparramó en sus tetas y se lo frotó en ellas. “Mira Sebastián lo puta que es tu cuñadita” –le dice Miriam, el muchacho no puede creer lo que sus ojos presencian pero lo disfruta.

Luego la adolescente, con instrucciones de Zaida, le puso otro condón pero ahora usando su boca, luego se dio la vuelta y se sentó lentamente sobre la verga del chico. Al igual que Zaida Miriam fue lento al principio mientras la verga la penetraba, una vez estuvo toda dentro de su vagina empezó a moverse más rápido, Miran gritaba y gemía al sentir como ese muchacho seguía sus movimientos, haciendo prisionera su vagina en cada movimiento. Sebastián estaba fuertemente tomado de las caderas de Miriam y le decía que le gustaba como se movía y que no parara. Pasaron varios minutos hasta que nuevamente el chico acabó y dejó el condón lleno de semen. Cuando Miriam se bajó de encima del muchacho Zaida le saca el condón a su cuñadito y se lo da a Miriam, la que derrama el semen contenido en su boca y lo deja escurrir, ni en sus más sucias fantasías Sebastián pensó vivir algo así. Ahora era el turno de Zaida para limpiar el semen que había quedado en la verga del muchacho, lo hizo con su boca y aprovechó de chupársela un rato para que no perdiera fuerza.

Zaida se puso en cuatro en la cama ofreciéndole el culo a su cuñado, el cual se la cogió como una perra, ella gritaba al sentir las fuertes embestidas que recibía, pero disfrutaba como posesa que su culo fuera destrozado de manera brutal, no podía contenerse de gritar y jadear, Miriam se masturbaba a un lado viendo la candente escena, la lujuria las tenería prisioneras a ambas, la situación se había escapado de sus manos, eran ellas las que querían calentar al muchacho y eran ellas las que estaban calientes por él. Miriam no se resistió y se acomodó de tal manera que su vagina quedó a la altura de la boca de Zaida, quien de inmediato se puso a lamerla tratando así de contener sus gritos, le metía la lengua en la vagina, haciendo delirar a Miriam. Cuando Sebastián acabó se quitó el condón y lo tiró en medio de las dos y les dijo: “Para que lo disfruten”. Con sus bocas compartieron ese tibio semen que les había regalado el muchacho y besándose con lujuria. Ahora era el turno de Miriam, el muchacho si que tenía aguante, había quedado demostrado con creces, ya que los orgasmos que le había regalado era la prueba inequívoca de que esto sería para largo. Miriam se quedó recostada sobre la cama, Sebastián hambriento de sexo tomó sus piernas y las puso sobre sus hombros, su verga se deslizó por su vagina y entró sin problemas, ella empezó a gemir descontrolada, caliente y con ganas de que el muchacho le rompiera el culo. “¡Métemela por el culo!” –le dijo. Acomodó su verga y se la metió sin ninguna contemplación, haciendo que Miriam gritara de placer, las brutales embestidas que le daban hacían que la chica delirara y se apretara las tetas con fuerza, incluso se clavó las uñas en ellas, dejando un pequeño rastro de sangre. Estuvieron cogiendo hasta que los condones se acabaron pero eso no fue impedimento para seguir en la lujuria faena de coger hasta quedar rendidos. Por ultimo Zaida le pidió que se la metiera otra vez por el culo, a lo que Sebastián no se negó y se la cogió hasta que ya no tuvieron fuerzas.

Los tres estaban exhaustos, Zaida y Sebastián se quedaron dormidos en la cama, pero Miriam solo tomo un descanso y después tomó sus cosas para irse a su casa. Antes tomó el celular de Zaida que estaba en la sala y borró cualquier video o foto de ella, no sin antes transferirse las imágenes y videos a su celular. Al salir de la casa de Zaida se fue directo a la suya, revisó su celular y encontró varios mensajes y llamadas de Victoria Y Carlos, ella esperaba no encontrar a su novio y así poder tener una larga platica con su madrastra. Al llegar a su casa Miriam se encontró con Victoria y ambas comenzaron la incómoda conversación. Ahora era la joven madrastra la que estaba llorando por lo que había pasado y pedía perdón a su hijastra por follar a su novio. Al final, así como Victoria la perdono a la por coger en la cama matrimonial, Miriam perdonó a su madrastra, pues estaba consciente de que su padre no le había estado cumpliendo en la cama y ella ya se había desquitado de Carlos cogiendo con Sebastián. Después de la plática las cosas se arreglaron en su mayor parte, pues Miriam tenía varias ideas en mente, pero en ese momento escucharon mucho alboroto en la calle y ambas se asomaron por la ventana, las dos pudieron ver a Zaida corriendo medio desnuda por la calle mientras su suegra la perseguía con una escoba gritándole que era una puta y una infiel. “¿Qué mierda pasó?” –preguntó Victoria. “No sé, cosas de los vecinos o tal vez la pillaron en algo para no tener tiempo ni siquiera de vestirse” –le responde Miriam algo nerviosa y plenamente consciente de o que había pasado. “Supongo, si eso debe ser, por eso la señora la persigue y le grita que es puta” –dijo Victoria. Ya por la noche todos en el vecindario se habían enterado de la infidelidad de Zaida con su cuñadito y naturalmente Josué, el novio de Zaida ya sabía lo que pasó pero aun así siguió con ella pero tuvieron que cambiarse de casa.

Habían pasado dos días y Carlos no había aparecido en casa de Miriam, pues ninguna quería verlo, una por estar aún enojada con él y la otra por sentir vergüenza de lo que hicieron. Miriam estaba sola en su casa cuando ve pasar a Josué, el novio de Zaida. Charlaron y le contó que sus padres habían llegado temprano y encontraron a Sebastián y a Zaida dormidos, desnudos en la cama de él, con varios condones usados tirados en el cuarto. “Obviamente, mamá la echó de la casa, igual entiendo que no se hayan podido resistir si estaban solos, porque al menos yo no lo haría” –le dijo Josué riendo. “¿Y qué pasó?” –preguntó Miriam queriendo saber los detalles. “Mi viejo pensó que yo tomaría venganza de mi hermano y lo mandó a la casa de un amigo de él en otra ciudad, pero a mí me da lo mismo. Si mi novia es capaz de calentar a un pendejo como mi hermano es porque es una mujer irresistible y ya vez, cogieron y ya” –le dijo Josué.

Para buena suerte de Miriam, en todos los chismes que habían circulado nunca se mencionó su nombre, por lo que se sentía más tranquila, sin saber que dicha tranquilidad no duraría mucho. Al llegar Victoria le dio una noticia inesperada: “Tu padre le dijo a su hermana que estaba bien que su hijo pasara unos días con nosotras para cuidarnos. Así que no esteremos solas estas dos semanas” –dijo Victoria. “¡No te puedo creer! ¿Acaso papá piensa que no sabemos cuidarnos solas?” –dijo Miriam. “La verdad, no sé qué pensar, espero que las siguientes dos semanas pasen rápido y así tener privacidad” –le respondió la sensual madrastra. “Ojalá así sea y, ¿cuándo supuestamente llega?” –dijo Miriam. “El viernes por la tarde, voy a preparar el cuarto donde se va a quedar” –dijo la madrastra con resignación.


Pasiones Prohibidas ®

2 comentarios:

  1. Me encantó el relato, me imaginé en ese trío y fue exquisito, como me gustaría que me traten asi.

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  2. Wao que buen relato como siempre exquisito Caballero

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