viernes, 31 de enero de 2025

75. Mi papá me convirtió en la puta familiar 2

 

Después de la cogida que me dieron y estando aun chorreando semen y escurriendo orina, papá dijo: “Ahora voy a poner las nuevas reglas para que convivamos en familia”.  Me miraba sonriendo mientras mi hermano descargaba un  último chorro de semen en mi cara.

“1ra regla: Constanza tienes que obedecer cualquier orden que te demos tu hermano y yo, ahora tu hermano tiene más autoridad que tú y puede ordenarte y hacer lo que quiera contigo”.

“2da regla: Satisfacer a tu familia será lo más importante para ti incluso más que la universidad”.

“3ra regla: Como siempre te vestías como puta, ahora no puedes usar ropa normal. Debes andar siempre con ropa provocativa y fácil de quitar por si a tu hermano o a mi nos dan ganas de cogerte”.

“4ta regla: A partir de ahora ya no dormirás en tu habitación, dormirás una noche con tu hermano y otra conmigo,  turnándote así todas las noches”.

“Por último la 5ta regla:  Ahora  eres de nuestra propiedad, no puedes tener novio ni amigos, solo hablarás y cogerás con quien yo te diga. ¿Entendiste las reglas cariño?” –preguntó mientras me levantaba y acariciaba mi mejilla. Yo lamía mis labios para limpiar los rastros semen que habían quedado de mi hermano. “¡Sí, papá entendí!” –respondí nerviosa y sonrojada, sabia que no podía hacer nada para evitarlo. “Bien, ahora ve a darte un baño y tira esa ropa, no creo que te sirva después de como la dejamos. Te recomiendo descansar un poco porque hoy vas dormir con tu querido hermanito” –me dijo con una sonrisa. “Sí, descansa un poco porque hoy no dormirás puta” – dijo mi hermano dándome una fuerte nalgada mientras me iba.

Fui a mi antigua habitación para limpiarme y cambiarme de ropa pero al revisar mi armario descubrí que mucha de mi ropa ya no estaba, solo me quedaban algunas faldas, un par de shorts cortos, unas blusas y camisetas ajustadas, y dos vestidos elegantes para fiestas, me confundió un poco porque era lo único normal que se quedó . Sin contar que en mi ropa interior solo había tangas y brasieres que eran casi transparentes.

Descansé el resto de la tarde acostada en mi antigua cama pensando que hacer para evitar que me sigan tratando así, sabía que estaba mal pero en el fondo esta situación estaba empezando a gustarme pero no podía  admitirlo, seguí perdida en mis pensamientos hasta que escuché la voz de mi padre llamándome para cenar, así que me vestí con un short y top deportivo, y fui con ellos. Al bajar al comedor vi que mi padre estaba desnudo esperándome con la comida, mientras mi hermano comía tranquilamente. “Te ves como toda una putita. Ahora come bebé” –dijo papá con una sonrisa maliciosa.

Sospechando un poco me senté y empecé a comer, pero al mirar a un lado noté que mi padre estaba masturbándose a mi lado mientras comía, sabía que no podía decirle nada e intenté ignorarlo para  seguir comiendo, pero después de un momento, acabó dejando caer todo su semen sobre mi comida. “¡Papá esa era mi comida!” –le dije un poco molesta. “¡Cómela así. Me pude resistir, tu hermano te tendrá toda la noche y quería darte mi última carga del día, ¿qué pasa? ¿No quieres comerlo?” –dijo cambiando su mirada y su voz a un  tono mucho más serio. “¡Lo comeré!” –dije nerviosa y con un poco de miedo al notar ese cambio. Terminé comiendo la mezcla de comida y semen que había en mi plato hasta terminarlo. Mi hermano terminó su comida y alegre me tomo de la mano diciendo: “Vamos querida hermana, ya es hora de dormir”. “¡Diviértanse hijos! Nos vemos mañana” –dijo papá agarrándome una nalga.

Mi hermano me llevo a su habitación, donde no espero nada y me empujó contra la cama. “Papá me dio estas cosas para hacer que esta noche sea más divertida” –dijo sacando lo que parecían algunas drogas, viagra y un vibrador a control remoto. “¡Oye espera! ¡No podemos usar todo eso! Duraremos mucho tiempo y tenemos que descansar, tengo que ir a la universidad mañana” –dije sorprendida al ver todas las cosas que sacó. Sin esperar nada, metió unas píldoras en mi boca, tapándomela con su mano hasta que me las tragué y el también agarró  un par de viagras y se las tomó.

Después de eso, sentí que mi cuerpo se puso más caliente y que me puse muy mojada, mi hermano y yo nos quitamos la ropa y empezó a cogerme como un loco, yo estaba con las piernas abiertas recibiendo su verga, gemía y gritaba que me la metiera más fuerte. Él lo hacía de manera salvaje, sentía mi conchita que se abría en cada embestida. “¡Cógeme como te cogías a la puta de mamá!” –le decía disfrutando su verga que me llegaba hasta el fondo. “¡Si hermanita, eres mejor que ella!” –me decía sin parar de metérmela. “¡Ah, mierda, que rico!” –le decía. Estaba poseída por la calentura y el placer. “¡Me gusta que digan que soy mejor que mamá para coger!” –le decía sin parar de gemir. La sensación de placer era sublime, sentía un orgasmo tras otro pero quería que siguiera, que me cogiera como la puta que él pensaba que era. El tiempo pasaba y seguíamos cogiendo como animales. Me monté encima de su verga y empecé a moverme rápido, no quería que la lujuria se apagara. “¡Eso, muévete así putita!” –decía mi hermano. Yo rebotaba sobre su verga y me agarraba las tetas. “¿Te gusta cogerte a tu hermanita?” –le preguntaba gimiendo. “¡Sí, eres toda una puta! ¡Lo sabía desde que te empezaste a vestir como una!” –me respondió.

Ya había perdido la cuenta de cuántos orgasmos tenia, solo sentía que mi vagina palpitaba y escurría fluidos tibios míos y de mi hermano. No importaba cuanto tiempo había pasado, mis ganas de coger no se quitaban. Me puse en cuatro y le dije: “¡Dame tu verga por el culo!”. Sin ninguna compasión me la metió, me dolió pero me encantó a la vez. Empezó a moverse con fuerza, taladrando mi culito. “¡Uy, sí! ¡Me encanta! ¡Dame fuerte! ¡Cógete a la puta de tu hermana!” –le decía. Su verga estaba tan dura como al principio, incluso la sentía más hinchada y palpitante. Cogimos durante horas, hasta que al fin acabó en mi culo, la sensación de la tibieza de su semen llenando mi culo fue el golpe final, caí presa de un intenso orgasmo que casi me hizo perder la conciencia. Él cayó sobre mi espalda y me susurró al oído: “¡Eres la mejor puta que me he cogido!”.

Entramos a su habitación más o menos a las 8 de la noche y finalmente quedamos agotados. En la madrugada recuerdo haber visto en el reloj de mi hermano y pasaban las cuatro de la madrugada. Antes de quedarme dormida, mi hermano se subió encima de mí, su verga aún estaba dura y me la metió. Nos quedamos dormidos y él tenía su verga metida en mi conchita. Fue deliciosamente perverso.

A la mañana siguiente cuando desperté vi que mi hermano aún estaba durmiendo, tenía la verga parada, yo seguía caliente, así que no dudé en chupársela, sutilmente la agarré y la metí en mi boca, se la empecé a chupar con delicadeza para ir aumentando los movimientos de mis labios y de mi mano que la sujetaba. En cosa de minutos ya estaba probando el sabor de su semen matutino. Con cuidado me levanté para no despertarlo, me di una ducha y bajé a la cocina para buscar algo para comer. Al entrar vi a mi padre preparando la comida y al verme me sonrió y dijo: “Buen día pequeña. ¿Parece que la pasaron bien anoche? Te cogieron como puta”. “Si, fue increíble, no pensé que podía durar tanto” –le dije. “A propósito, te compré ropa para que vayas a la universidad, sé que te va a gustar. Desayuna y ve a alistarte para ir a la universidad” –me dijo entregándome unas bolsas. Aun cansada por la cogida de anoche obedecí sin cuestionar y después de terminar mi comida fui a abrir las bolsas para vestirme y arreglarme un poco. Quedé muy sorprendida al ver que lo que había dentro, no era ropa normal sino ropa de puta. Al ponérmela la minifalda de mi nuevo atuendo era tan corta que apenas me tapaba hasta la mitad del culo, la blusa era pequeña y no se cerraba así que tuve que amarrarla pero aun así apenas cubría mis tetas, dejando un gran escote y todo mi abdomen descubierto. Al verme al espejo me sentí avergonzada porqué nunca había usado algo tan revelador y ahora me veía como una verdadera puta, así que tomé una chaqueta y me la puse para cubrir la parte de arriba con ella. “Parece que te queda muy bien, linda” –dijo al verme. Mi hermano ya había bajado y al verme añadió: “Con esa ropa todos van a querer cogérsela”. “Recuerda que iré más tarde a recoger tus calificaciones y a recogerte cariño” –dijo papá. Sin decirles nada más salí de casa y empecé a caminar hacía la parada del bus, durante todo el camino pude sentir las miradas de todos los hombres hacia la falda que apenas me cubría.

Llegué a la universidad, fui rápidamente a mi lugar y me senté para que nadie más me viera. Pasé clases normalmente durante el resto de la mañana sin salir del salón para que no me vean, pero casi a la hora de salir mi profesor me vio y me dijo: “Señorita Constanza, quítese esa chaqueta, no es parte del uniforme y venga a resolver este problema al frente”. No sabía qué hacer, estaba nerviosa, avergonzada. Otra vez me habló pero con tono severo. Me rendí y me quité la chaqueta dejando ver a todos la ropa que tenía puesta. Todos me miraban y murmuraban, podía escuchar que decían que parecía una puta. Cuando el profesor explicó el problema veía la cara de los compañeros como lobos hambrientos, incluso la vista de mi profesor me recorrió por completo. La incomodidad pasó a excitación, al ver que era el objeto de deseos de muchos. Ni siquiera tuve oportunidad de resolver el problema, cuando mi profesor dijo: “Señorita Constanza, esa no es ropa para venir a la universidad, aquí usted viene a estudiar, no a exhibirse. ¡Vaya a la oficina del Decano ahora!”. Mientras hablaba no dejaba de mirarme, era como si me quitara la ropa con la vista.

Mientras mis compañeros me miraban, salí del salón pensando en lo que me diría el Decano. Me dirigí a la oficina buscando un millón de excusas. Al entrar vi que mi padre estaba adentro hablando con él.  “No solo es mala estudiante, mire, también se viste de manera inadecuada para la universidad. Sus calificaciones han bajado sustancialmente, debe ser porque desde un tiempo a esta parte sus códigos de vestimenta han cambiado. Entiendo que es mayor de edad, pero nosotros somos una institución seria.” –le dice el Decano. “No se preocupe señor Decano, yo me encargaré de corregirla” –le dijo. Me agarró fuertemente del brazo sacándome de la oficina. Me puse nerviosa porque no era normal ver a mi padre tan molesto, así que lo seguí sin decir nada.

Caminamos por el pasillo y nos paramos frente a los baños de hombres, miró que no haya nadie cerca y se metió a los baños conmigo y nos encerramos en uno de los cubículos. “¿Cómo pudiste reprobar en dos materias?”  –me preguntó furioso mientras se bajaba el pantalón. “Perdóname Papá no volverá a pasar me esforzaré más la siguiente” –le respondí.  “Parece que tu hermano tenía razón solamente sirves para coger” –dijo mientras me agarró del cabello fuertemente haciendo que me ponga de rodillas y metió su verga en mi boca. Yo estaba disfrutando de chuparle la verga pero esta vez como estaba enojado fue muy rudo, no me daba respiro y la metía de golpe hasta mi garganta, me empezaba a atragantar con ella. Siguió así por varios minutos hasta que acabó en mi boca haciéndome tragar su semen.

Después me puso contra la pared, levantó mi falda e hizo la tanga a un lado, metió su verga de golpe en mi vagina. “¡Ay, papá, aquí no! ¡Alguien puede vernos!” –le decía para hacerlo entrar en razón, pero él siguió dándome con fuerza. “¡Cállate puta, recuerda las reglas! ¡Debes satisfacerme cuando y donde quiera!” –me dijo mientras me daba una fuerte nalgada. Mi padre siguió cogiéndome fuertemente, nuestros cuerpos sonaban cómo aplausos en todo el baño y yo no podía contener mis gemidos.

El timbre de la salida sonó y escuchamos voces acercándose al baño, mi padre me tapó la boca reduciendo la intensidad y me dijo: “Mejor no gimas tan fuerte hijita o verán lo puta qué eres”. Quitó su mano de mi boca, pero siguió dándome profundas embestidas. Intentaba contener mis gemidos con todas mis fuerzas pero era casi imposible.  Escuchamos a un par de chicos entrar. “¿Viste la ropa que usaba Constanza?” –preguntó uno. “Sí, se veía como una puta, de esas que salen en las películas porno” –respondió el otro. Estaba tan caliente que no podía distinguir las voces, la verga de papá me tenía poseída y no podía si quiera pensar en otra cosa. “3spero que la use mas seguido, quisiera cogérmela. Se ve quede hacerlo muy rico” –dijo el primero. “¿Crees que si le preguntamos nos deje cogerla?” –preguntó el segundo. “Tal vez, siempre me pareció una puta pero hoy mucho más que antes” –respondió el primero. Escucharlos hablar así de mí me calentaba, intentaba ahogar mis gemidos mientras papá seguía con su verga dándome bien rico. “Parece que les gustaste a esos chicos, es una pena que solo tu hermano y yo podamos usarte, tal vez deberíamos compartir” –me lo dijo al oído para que solo yo lo escuche. “Si le ofrecemos dinero seguro nos dejara hacerlo” –dijo uno de los desconocidos. “Tienes razón, vamos a buscarla, capaz que lo haga hasta gratis” –dijo el otro. Ambos salieron el baño y mi padre ya sin poder aguantar acabó dentro de mi conchita. “Escuchar eso me dio una idea, como no te gusta estudiar, tal vez te ponga a putear y a hacer dinero cogiendo” –me dijo papá mientras arreglaba mi minifalda y me quitaba la tanga para dársela a papá, quien la guardó en su bolsillo.

Ambos salimos del baño y caminamos para volver a casa. Me sentía avergonzada y a la vez puta al sentir el semen de papá escurriendo de mi vagina y mis muslos. Nos encontramos con Claudia y Maritza, dos compañeras de clase, se quedaron detrás de nosotros y pude escuchar lo que decían; “Mira, ¿qué es lo que corre por las piernas de Constanza?” –preguntó Maritza. “Semen, es una puta. ¿Cómo pudo hacerlo aquí? Además, su papá no se da cuenta” –le respondió Claudia. “Sea como sea lo tiene que haber pasado bien, porque camina como si nada” –dijo Maritza. “Sí, el que se la cogió debió hacerla gritar pero su cara dice que está satisfecha” –dijo Claudia. Nos fuimos caminando a casa con mi padre mientras, me agarraba el culo y yo con su semen aun saliendo de mi conchita.

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

3 comentarios:

  1. Me gustaría saber toda la historia empezando de la madre y ahora la historia es muy exitante uuuuuuff

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  2. Buen relato Caballero me encantó como se la cogen uffff que rico
    Excelente relato Caballero

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  3. Waoo que rico relato... Me imagino como debió ser con la madre...

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