Mi madre actuaba de forma misteriosa, en ocasiones no
dormía en la habitación que compartimos y solo entraba para bañarse en las
mañanas. Lo cual hacía que mi curiosidad despertara, era más que obvio que tenía
encuentros con Esteban por las noches hasta el amanecer.
Así pasaron varios días sin tener la suerte de verlos nuevamente coger, de vez en cuando llegaba a escuchar el rechinar de la cama y los gemidos de mi madre provenientes de la habitación de Esteban hasta que un sábado por la tarde estaba de regreso de ir a pasear a los perros una hembra y una macho labrador, entré por la parte de atrás de la casa que daba al jardín y a la piscina, unos metros más adelante se encontraba una gran ventanal que era de la cocina, justo cuando está por abrir la puerta escuché a mi madre gimiendo, así que me asome lentamente para poder ver que sucedía por la ventana. Se encontraba mi madre con un vestido blanco subido hasta su cadera, con un delantal negro, estaba apoyada con los codos en el fregadero totalmente empinada, detrás de ella Esteban la sostenía por la cintura mientras la penetraba con fuertes movimientos. Estuvieron cogiendo un rato así, hasta que él dejó de metérsela, se puso en cuclillas y con sus dos manos le abrió las nalgas, para después meter su cabeza entre ellas y comenzó a lamerle su vagina, se la estaba devorando, mi madre no paraba de gemir y terminó subiendo un pierna al fregadero quedando solo con una pierna apoyada en el suelo con ayuda de sus dedos le abría su vagina para poder meterle la lengua dejando ver su color rosado.
Para mi mala suerte en ese justo momento los perros pasaron corriendo y ladrando, esto hizo que Esteban se levantara, subiera su bermuda y que mi madre se subiera rápido su tanga negra y comenzará acomodarse la falda, no me quedó de otra que hacer como si acabara de llegar, abrí la puerta y entre, los vi a los dos disimulando lo sucedido, mi madre lavaba los platos mientras Esteban abría el refrigerador como si buscara algo. “Ya llegaste Armando, ¿que tal? ¿Cómo te fue? Pensé que tardarías más” –me dijo Esteban. “No, fuimos al parque que está a la vuelta y nos fue bien” –le respondí. “A bueno los dejo que debo salir” –dijo él, después se pasó a retirar a su habitación, se cambió y salió de la casa. Me quedé platicando con mi madre y en ocasiones me apartaba la mirada, como era costumbre no le dije nada ni le reproché, aunque no creo que se haya dado cuenta que los vi cogiendo.
Ya por la noche mi madre y yo nos encontrábamos viendo un maratón de películas de terror en la sala. Esa noche y como era costumbre Esteban no llegó hasta la mañana siguiente. Pasaban de las 10 de la mañana cuando llegó él con otro señor ambos estaban muy tomados. “Amparito, Armando, les presento a mi viejo amigo de la facultad Ricardo” –dijo Esteban gritando con tal alegría. “Amparito trae unos hielos y vasos vamos a seguir la fiesta” –le ordenó a mi madre mientras él tomaba un botella de whisky. Mi madre se levantó, fue hacia la cocina mientras ellos salían al jardín, se sentaron en el pasto y yo me quede en el sillón, salió mi madre y les llevó los vasos con hielos. “¡Ey! ¿Te llamas Armando verdad? ¿Qué haces allá solo? ¡Vente para acá con nosotros!” –me gritó Ricardo. “Él no toma, apenas está terminando la preparatoria” –le dijo mi madre. Señora Amparo, no me lo tome a mal pero a esa edad él debería salir con amigos ir a fiestas, conocer chicas y desenvolverse pero respeto lo que usted indique” –le dijo Ricardo a mi madre. “Amparito trae otros dos vasos, uno para ti, otro para Armando y aprovechando algo para comer por favor” –le dijo Esteban.
Entonces ella volvió entrar a la casa y fue hacia la cocina. “Tienes una hermosa y buena madre Armando, te protege mucho y eso es bueno pero también puede ser malo” –mee dijo Ricardo. Poco después llegó mi madre con los vasos faltantes y con un plato con quesos, jamón y otras cosas, la puso en el centro y ella se sentó a un lado de Esteban. Me sirvieron lo mismo que ellos estaban tomando y solo sentía la mirada de mi madre pero no me importó, poco a poco mientras más tomaba sentía la sensación del alcohol por mi cuerpo sentía raro, como si se moviera el suelo donde estaba parado. Mi madre también comenzó a tomar, luego ellos tres estaban riendo, platicando, yo solo estaba callado tomando, me empecé a sentir un poco mal, me levanté y me metí a la sala a recostarme en un sillón. Sentí como si me hubiera desconectado cuando abrí los ojos sentía un el efecto del alcohol, vi el reloj y ya eran las 2 de la madrugada, las luces de la sala estaban apagadas, me levanté salí al patio y solo vi dos botellas vacías, pensé por un momento que Esteban se había llevado a mi madre a su habitación para cogerla y que el señor Ricardo ya se había ido ya.
Me dispuse a levantar las botellas cuando de pronto vi una luz del lado de la casa donde se encontraba la piscina, me acerqué, solo eran las luces del piso, pero ahí se encontraban de espaldas sentados Esteban y Ricardo cada uno en las reposeras como si estuvieran viendo un espectáculo. Como me fui acercando a ellos me di cuenta quienes estaban dando el espectáculo lo que vi fue algo que nunca pensé que podría ser posible, de la impresión me detuve y busqué un lugar rápidamente para que no me vieran, terminé tirándome pecho tierra entre unas macetas grandes donde podía ver a través del espacio de cada una, me fui arrastrando hasta llegar donde estaban ellos. Ahí estaban Ricardo y Esteban ambos totalmente desnudos sentados en las reposeras de cada uno agarrándose su verga mientras se masturbaban viendo a mi madre que se encontraba en cuatro sobre una toalla en el pasto desnuda, siendo montada como una perra por uno de los perros labradores, sus tetas se balanceaban mientras el perro se la cogía.
Mi madre traía una mordaza con una bola en la boca color rojo donde podía ver como se le escurría la saliva y un collar negro con una cadena para perros, el perro parecía totalmente loco sobre ella, movía su cadera muy rápidamente mientras con sus patas delanteras se aferraba un poco más arriba de su cintura con la cabeza apoyada en el hombro de mi madre jadeando y sacando la lengua. En uno de los movimientos alocados del perro, se le salió el pene de su vagina y mi madre pasó su propia mano por debajo de su entrepierna para sujetar y dirigir su pene nuevamente a su vagina, cosa que se le complicaba ya que el perro aún seguía moviendo sus caderas como un loco hasta que logró nuevamente insertarlo dentro. El perro se la continuó cogiendo con esa misma energía hasta que de pronto se detuvo se quedó arriba de ella, mi madre de nuevo dirigió su mano a su entrepierna y comenzó a masajear ella misma su clítoris dando giros con los dedos sobre él, mientras seguía con la verga del perro dentro de ella. De pronto se bajó el perro como si desmontará de ella y quiso moverse a un lado quedando ambos de espaldas era como si el perro no pudiera sacar su verga de ella, ya que intentaba moverse y la terminan jalando, Ricardo se levantó y sujetó al perro para que dejara de jalar estuvieron como 5 minutos así hasta que por fin su verga terminó saliendo sola y de la vagina de mi madre comenzó a gotear un líquido blanquecino. El perro se echó a un lado de ella y comenzó a lamer su pene, mi madre se quitó la mordaza de la boca y se acercó al perro y la sorpresa que todos nos llevamos fue al ver cómo tomo su verga de color rojo todo venoso, con la mano se lo llevó a la boca para comenzar a chupársela. Mientras mi madre se encontraba devorando la verga del perro, Ricardo no perdió la oportunidad se puso detrás de ella la tomó del cintura y levanto su culo, para después escupir varias veces sobre él, tomó su verga y se lo coló en la entrada de su ano y poco a poco fue presionando contra él para que comenzó a entrar, mi madre empezó hacer gestos de dolor pero no dejaba de chupársela al perro, primero con movimientos lento comenzó a meterlo y sacarlo, de vez en cuando volvía a escupir pero ahora a su verga. Poco a poco sus movimientos fueron subiendo de ritmo mientras la penetraba por el ano, en algún momento con la mano trataba de indicarle que fuera más despacio pero él seguía en lo suyo hasta que se la metió toda, cosa que hizo que ella levantara un pierna como si le estuviera dando un calambre y luego se la sacó, podía ver como su culo estaba abierto y como empezó asomar de él semen de Ricardo haciendo burbujas cuando mi madre pujaba para sacarlo. El perro también acabó nuevamente pero esta vez en la boca de mi madre y ella solo se metió toda su verga y sin dejar caer una sola gota al sacarlo se terminó tragando todo el semen, fue cuando Esteban de levantó y mi madre se puso de rodillas y subió las manos a la altura de sus tetas, haciendo como si fuera una perrita doblando las muñecas abrió la boca para recibir el semen de Esteban en toda la cara.
Mi madre se levantó, tomó la misma toalla donde estaba cogiendo al perro y se limpió la cara. “Es toda una perra en celo señora Amparo no me imagine que se cogería al perro” –le dijo Ricardo. Mi madre sonriendo le respondió: “Si por mi fuera me cogería al mismo diablo señor Ricardo”. En ese momento y al escuchar eso que me entró una gran excitación que solo pasó por mi mente que yo también me la quería coger como ellos. Continuaron platicando los tres ahí desnudos un rato más, luego comenzaron a vestirse. Una vez terminaron entraron a la casa los seguí sin hacer ruido y solo escuché que mi madre dijo: “Armando no está”. Esteban le dijo: “Ya se debió haber subido a dormir, vamos a dormir nosotros también”. “Ricardo te puedes quedar en la habitación de invitados si gustas, tiene un baño por si quieres -ducharte antes de dormir” –le dijo Esteban. Él tomó de la mano a mi madre y le dijo: “Tú te vienes a bañar conmigo y luego nos iremos a dormir”. Se fueron al cuarto principal y se encerraron. Detrás de ellos subió Ricardo y entró a la habitación de invitados, aproveche para ir a mi habitación y cambiarme ya que estaba cubierto todo de tierra, una vez me cambie me recosté pensando cómo podía hacer para coger con mi madre. Pasaron muchas ideas locas por mi cabeza desde pedírselo hasta drogarla al final me terminé quedando dormido.
Al siguiente día me levanté, faltaba poco para que dieran las tres de la tarde me dolía un poco la cabeza me quedé sentado en la cama en eso entra mi madre. “Ya estás despierto, venía justamente a despertarte. ¿Cómo llevas la resaca? Vamos, ya levántate deja te ayudo a tender tu cama” –me dijo riendo, traía un falda amarilla y una blusa café claro. Le miraba el culo y mi verga reaccionó al instante. ¿Qué tanto me miras? ¿Acaso no me habías visto antes?” –me pregunta. Me acerqué arrimándole la verga a las nalgas. Miro lo perra que eres, así que ya cálmate” –le respondí. En eso se detiene y me dice: “¿Qué mierda dices?”. “A ti, qué eres una perra” –le dije lanzándome sobre ella. Comenzó a forcejear pero yo tengo más fuerza que ella y no podía moverse. “¡Te vas a quedar quieta como una buena perra obediente!” –le dije. Una vez que escuchó lo que le dije dejó de moverse. Le abrí las piernas, esta vez no había resistencia de su parte. Levanté su falda y empecé a jugar con su culo, metiendo mis dedos, después tomé un desarmador de mi cajón y ensalivé el mango para que le entrara más fácil. Como vi que no se resistía a que le metiera el mango del desarmador por el culo decidí soltarla de las manos, una vez se las solté levantó la cara de la cama pero se siguió manteniéndose en cuatro. Tomé su vestido, se lo bajé por las piernas y ellas misma me ayudó a quitárselo, no solo eso ella también por su propia cuenta se quitó su blusa, se quitó su sostén y se quitó la tanga, se la puse en la boca para luego ponerse otra vez en cuatro y dejar sus tetas pegadas a las sabanas. Le saqué el desarmador de su culo para meterle tres dedos, escuchaba como se gemía cuando se los empujaba. Una vez dentro le empecé a hurgar dentro de su ano y a girar mi muñeca con mis dedos dentro de ella, noté como su respiración se aceleró y como comenzó a gemir pero esos gemidos eran ahogados por la tanga en su boca. Al sacarle los dedos noté como ya tenía bien dilatado el culo, le dije que no se moviera y se quedará así, baje a la cocina y tome el aceite de coco, el pepino más grueso que encontré, un plátanos y cuando regrese a la habitación ella seguía en la misma posición pero la encontré metiéndose los dedos en su vagina. “¿A dónde fuiste?” –me preguntó. Le mostré lo que traje y me dijo: “Bien, solo lo que vayas hacer hazlo con cuidado”.
Ella continuó tocándose su vagina con una mano mientras se apoyaba con el codo de la otra mano en la cama. Saque el aceite de coco y se lo empecé a colocar alrededor de su ano, tome el pepino y lo embarre del aceite de coco y se lo fui introduciendo en su año esta vez sentí como se deslizó más fácil, mi madre comenzó a suspirar cuando se lo iba metiendo, comencé a masturbarla con el pepino no se imaginan lo rico que gemía la puta de mi madre mientras más rápido se lo metía ella se tocaba más si vagina. Le di el plátano y le dije que se masturbara con él, mientras yo le metería el pepino por el culo. Ella sin pensarlo dos veces accedió y se comenzó a meter el plátano en la vagina mientras yo jugaba con su ano, me encantó ver como el plátano salía todo lleno de sus fluidos vaginales, era un tremenda perra que se mojaba mucho. Ya no aguantaba más, se la quería meter, asó que le saqué el pepino del culo y lo puse en su cara, le dije que lo lamiera hasta dejarlo limpió, lo tomó y comenzó a lamerlo como si fuera un helado, le dije que hiciera lo mismo con el plátano, el que sí pudo meterse a la boca porque le cabía perfecto en esa boca de puta que tiene y empezó a chuparlo. Mientras ella está ocupada con el plátano yo me puse detrás de ella tomé mi verga y se la metí, su vagina ya estaba mojada, sentí como se metió con facilidad, esa sensación entre humedad y calor me volvió loco, era inexperto en coger, no sabía si lo estaba haciendo mal o bien, solo comencé a imitar los movimientos de Esteban cuando se la cogía y comencé a mover mis caderas hacia adelante y atrás, podía ver cómo le entraba y salía mi verga y como poco a poco se fue cubriendo de sus fluidos, empecé a aumentar los movimientos y ella comenzó a gemir muy delicioso, entre sus gemidos y la sensación de mi verga al estar dentro de ella, sumando que era mi primera vez cogiendo, no pude contenerme más y acabé dentro de su vagina.
Se lo saqué y me senté en la cama, mientras aún
disfrutaba esa sensación orgásmica de acabar dentro de ella. Mi madre me volteó
a verme y se incorporó, trató sentarse pero le dolía el culo, cuando se me fue
pasando la excitación que sentí me empecé a sentir mal por lo que había hecho,
voltee a ver mi madre, tomó una toalla y se metió al baño, escuché como se
abrió la regadera y cuando salió yo aún seguía sentado con una terrible
sensación de haber hecho las cosas mal, ella estaba desnuda, tomo ropa limpia y
se cambió. “¿Te vas a quedar todo el día ahí sentado? Metete a bañar y cuando
termines bajas para comer” –me dijo mi madre y salió de la habitación. Me
terminé de bañar, me cambié de ropa y bajé a la cocina. Quería que tragara la
tierra, me senté en la mesa y mi madre me sirvió de comer, ella puso un cojín
en la silla y se sentó también a comer una vez que terminamos se me levantó a
lavar los platos. “Oye Armando parte de lo que sucedió es mi culpa, yo sabía
perfectamente que tú sabías que tengo una relación con el señor Esteban y que
pasaba noches con el teniendo relaciones sexuales” –me dice ella. Me quedé
callado, no sabía que decir. “Yo pensé que estabas dormido anoche, la verdad no
quería que supieras lo que había pasado, nunca pensé te enterarías que mantuve
relaciones sexuales con un perro” –continuó diciéndome. “¿A ti te gusta’” –le
pregunté. “¡Sí hijo, me gusta me encanta! No te voy a volver a mentir, con el
señor Esteban he experimentado muchas cosas que me terminaron volviendo loca y
me gustaron mucho” –dice ella. “Tú me vuelves loco a mí” –le dije. Se me quedó
mirando y preguntó: “¿En verdad quieres
que nuestra relación sea así?”. “¡Si quiero, quiero que seas mi mujer!” –le
respondí. Ella sonrió se acercó a mí y me abrazó, me levantó de la silla y me
dio un beso en la boca, sentí como su lengua jugueteaba con la mía a la vez que
sentía su respiración agitarse. “Bueno hijo, pero primero quiero que entiendas
que es tener una relación libre” –dijo. Ese día me quedé platicando con ella,
hasta que llegó Esteban como era su costumbre con unas copas encima.
Mi madre lo tomó de la mano y lo llevó a su cuarto, esa noche ella se quedó cogiendo con él. Al día siguiente mi madre me despertó de la mejor forma que pueden despertar a alguien, me la estaba chupando hasta que acabé en su boca y me abrió la boca para mostrarme como tenía mi semen entre su lengua para luego tragarlos. Luego de eso me comentó que había hablado con Esteban y le dijo que habíamos tenido relaciones, le pregunté cuál fue su respuesta o reacción de él y me dijo: “Bueno, baja te está esperando en la sala”. Él estaba tomando unas cervezas. “Armandito, ven siéntate, ya me contó Amparo lo que pasó” –dijo él. Me lanzó una cerveza y me dijo: “¡A tu salud! ¡Ya eres todo un hombre!”. Mi madre se sentó a su lado y Esteban me dijo: “bueno, antes que nada siempre te he visto como un buen amigo mío y debo decir que me sorprendió la noticia pero solo quiero pedirte permiso para que me dejes seguir compartiendo el amor de tu madre conmigo, ¿Qué dices?”. ¡Wow! Yo esperaba algo más intenso de su parte pero me estaba pidiendo permiso para seguir cogiéndose a mi madre. “Si ella quiere seguir cogiendo contigo no tengo problema” –le dije. “Sí quiero con los dos, bueno con los tres si sabes a lo que me refiero” –dijo mi madre riendo mientras señalaba al jardín. “Bueno no se diga más” –dijo Esteban. Formalizamos el trato cogiéndonos los dos a mi madre en la sala, él le cogió su concha y yo le di verga por el culo, era lo que me más me gustaba de ella.
A Partir de ese día tanto él, como yo o el perro cogemos con mi madre. Hay veces que cada uno se la lleva a su respectiva habitación y en otras ocasiones enfrente del otro o los dos al mismo tiempo. Mi madre pasa comiendo verga todo el día y toda la noche, se ha convertido en una puta para nosotros y es la puta del perro, nosotros con Esteban disfrutamos viendo cada vez que se la coge en el patio y entre los dos la dejamos con la cara de semen, también cuando Ricardo viene de visita se arma tremendo gangbang para ella solita, teniendo que atender cuatro vergas a la vez.
Pasiones Prohibidas ®
No hay comentarios.:
Publicar un comentario