jueves, 10 de abril de 2025

106. Cuando mis padres no están

 

Era un soleado día de enero, yo tomaba sol en el jardín de mi casa y a mi lado descansaba mi perro Rey. Mis Padres estaban trabajando y yo disfrutando de las vacaciones. Ellos son de los que toman vacaciones en febrero, por lo que tenía todo enero para mí y mi ocio, sin miramientos, lo único que me pedían era que mantuviera el orden en la casa, cosa que hacía temprano para luego tener todo el día para no hacer nada. Rey siempre tuvo la costumbre de querer cabalgar sobre mis piernas, pero siempre lo ahuyentaba. Esta vez, al estar sola lo dejé hacer, mantuve mi pierna entre sus patas y la embestía como un loco hasta que acabó en mi pierna. Luego se retiró y salió a lamer su verla, me quedé paralizada al verla con ese color  rojizo.

Yo estaba allí de pie con la pierna cubierta de esperma caliente, segura de que faltaban muchas horas, para que mis padres regresen del trabajo; decidí quitarme la bikini y sentarme en la reposera con las piernas abiertas a masturbarme, acariciando mi clítoris. Con los ojos cerrados disfrutaba de tan rica paja, cuando sentí un objeto frio topar con mi vagina. Era la nariz de rey, su nariz sensible percibió mis secreciones femeninas, comenzó a olfatear entre mis piernas con insistencia. Era una buena señal, había percibido en mí, el olor de una hembra en celo. Su lengua áspera comenzó a lamer mi vagina, era bueno lamiendo. Me volvía loca al sentirlo lamiendo mi entrepierna y luego hurgando en mi vagina más y más, hurgaba en lo profundo de mi vagina, en la búsqueda de la fuente de esa exquisita humedad. Rey pareció entender el significado de mis suspiros y gemidos, porque se dedicó lamer, mí cada vez más intenso flujo vaginal, con penetrantes y cálidos movimientos de su lengua que alcanzando el interior de mi vagina, me hizo saltar con espasmos inusuales. Mi sexo comenzó a vibrar y alcancé un orgasmo salvaje gritando como loca. Aparentemente, mis fluidos tenían que ser sabrosos porque Rey no se detenía, su lengua no paraba de lamerme y yo me retorcía en un orgasmo intenso tratando de escapar de su lengua mientras mi cuerpo se sacudía. Fue algo nuevo descubrir que me gustaba lo que había sucedido hasta ahora.

Loca de lujuria vi la punta de su pene asomarse, era hora de devolverle el favor. No podía creerlo, de rodillas con las tetas afuera me dispuse a lamer la verga de mi perro, pero me excitó demasiado, ya no había nada que hacer, estaba demasiado al límite, había cruzado la línea, ya no podía y ni quería volver atrás. Fue un gran descubrimiento para mí, una fantasía se estaba haciendo realidad, tenía su verga en mi boca, sentía como si estuviera a punto de explotar. Cuando comencé a chuparla con mis labios, pequeñas descargas incoloras, brotaban de su verga, intermitentemente, mojando mi cara, pasé mi lengua por mis labios y noté un sabor muy fuerte y amargo, parecido a la orina. Tenía su verga atrapado en mi mano, mientras pasaba mi lengua a lo largo de toda su longitud. Había aumentado de tamaño, incluido una enorme bola que ahora podía, observar a corta distancia y en detalle. Era una pelota con una red de vasos sanguíneos, se podía ver atravesada por muchas venas que al contacto con la punta de mi lengua comenzaron a formarse de un color más vivo. La tomé con ambas manos y la guié a mi boca, su pesada respiración me hizo darme cuenta de que pronto derramaría su semen perruno en mi cara. Estaba a punto de mojarme con su semen y lo deseaba. Recibí una descarga de su semen en la mejilla, luego en el cabello y  en los párpados, abrí mi boca para no dejar que nada se escape y saborearlo.

El tiempo había pasado rápido y mis padres no tardarían en venir, Intenté ponerme de pie, rey se paró en sus patas traseras para apoyarse en mi espalda y tratar de atraparme con sus patas delanteras, quería tirarme al suelo y hacerme su hembra. Con autoridad me retiré de su abrazo, me siguió por todas partes dando pequeños saltos con gemidos lastimeros, tratando de acercarse a mi vagina. Insistió, pero impuse mi voluntad sobre la suya, tuve que enseñarle que yo estoy a cargo, se alejó enojado ladrando y gruñendo. Tenía muchas ganas de su verga, pero pronto llegarían mis padres. Dejé a rey en el jardín y fui a darme una ducha, al rato llegaron mis padres. Durante la tarde lo mantuve alejado de mí, a pesar de que vi que cada vez que se acercaba a la casa lo hacía con su verga media desenvainada, no me dejaba concentrarme en mis cosas pensando en esa verga maravillosa. Me masturbé pensando en él y en su poderosa verga, nunca había sentido algo así antes, casi me desmayo en espasmos y jadeos de lujuria deseando que me hiciera su perra. No pude pegar ojo, pensando en lo que había pasado esa mañana. Las noches siguientes, se hicieron largas pensando, en la verga de mi perro, tan roja, tan larga, tan dura y tan caliente.

Llegó el fin de semana, mis padres dijeron que se iban de viaje a la costa. Me preguntaron si quería ir, por supuesto les dije que no. El sábado a la mañana se fueron de viaje y yo me sentí feliz en compañía de mi perro. Dejé transcurrir unas cuantas horas, por miedo a que mis padres tuvieran un contratiempo en la ruta y volvieran. A las tres de la tarde, estaba con mi bikini diminuto tomando sol en el patio, sentada en mi reposera y mi perro me montó una pierna, restregando su verga contra ella. Abrí las piernas y lo empujé un poco para que quedara entre mis piernas, agarré su deliciosa verga con mi mano y lo situé contra mi vagina, cubierta con mi bikini. El perro volvió a hacer lo suyo y parece que le gustó, porque me embestía como loco. Hasta que acabó sobre mi bikini, mojándolo completamente con su semen. Ahora yo quería algo más, pero él ya no quería hacer nada. Se retiró y salió a lamer su miembro y luego se fue a dormir. Yo estaba allí de pie, con el bikini cubierto de semen caliente. Pensé si sería capaz de meterla  dentro de mi apretada vagina, pensé si traería placer o me lastimaría. Tenía muchas dudas y miedos, pero fui a mi habitación, me desnude, me recosté en la cama y me masturbé pensando en todo eso.

Con algo de frustración me fui a cuarto, quería que me cogiera pero él solo se había conformado con eyacular en mi bikini, pero eso no me quitaban los pensamientos morbosos de la cabeza, saber que tenía tiempo aun para que me hiciera su perra. Estaba en eso, cuando entró en la habitación, yo estaba aún más caliente. Recostada sobre el borde de la cama baje mis piernas hasta apoyarlas en el suelo y las abrí. Rey se situó en  medio de mis piernas, lamiendo mi jugosa vagina. Estaba con los ojos cerrados escuchando el sonido de su lengua. Decidí seguir adelante, así que me senté en la cama. Rey, puso sus patas en la cama y empezó a tratar de penetrarme. Su verga pinchó mis muslos, luego, de repente, encontró la entrada de mi vagina y se lanzó con fuerza hacia ella. Dejé escapar un grito de dolor, pero finalmente era lo que quería, así que apreté mis dientes y abrace a mi perro, apretándolo contra mí. Sentí que su verga se abría paso dentro de mi concha, su bola que ya estaba metida dentro de mí, estaba creciendo. Me asusté un poco “¿Cuánto crecerá esto?” –pensé, pero al mismo tiempo sentía algo como un cosquilleo en mi vagina, que me hizo querer esa verga dentro. Saqué la lengua de mi boca y traté de respirar. Su lengua se juntó con la mía y nos fundimos en un beso tan caliente que me hacía arder por dentro. Sentí una corriente de semen golpear mi vagina y un río de semen se derramó dentro de mí, pude sentir los poderosos chorros inundar mi conchita fértil. En ese momento llegue a un orgasmo, que me hizo gritar de placer. Me agarró del pelaje de mi amante para frotarme y sentir sus pelos excitar mi piel, mis piernas se cerraron a su alrededor para no dejarlo ir, froté mi pubis contra él, para prolongar las sensaciones post orgásmicas, que mi cuerpo aún sentía, estaba tan caliente y tan llena de semen que respiraba agitada sobre la cama aun sintiendo como chorros de semen salían como lava caliente y recorrían mi interior. Poco a poco su verga se deslizaba hasta que salió completa. Miré con incredulidad el tamaño gigantesco de su verga y no podía explícame como esa cosa enorme, entró en mi vagina.

Quedé acostada en la cama, con el cuerpo sudoroso y tembloroso, mientras que de mi vagina, brotaba una enorme cantidad de semen perruno, mezclado con  mis fluidos, me había metido su verga tan rico que me dejó rendida. Esta fue una experiencia nueva, abrumadora e inolvidable. Me quedé dormida encima de la cama aun con su semen pegado; me desperté después de las diez de la noche con una sensación de satisfacción y con una sonrisa perversa.

No tenía ni un mínimo de arrepentimiento, estaba lista, para hacerlo de nuevo. Rey estaba dormido en el piso, lo llamé y le dije: “Ven chiquito, que tú perra quiere más”. Fue cómo si algo se hubiera activado en él, se subió a la cama de un brinco e intentó abrazarme con sus patas delanteras, el peso de su cuerpo me hizo caer y quedé en cuatro, tenía mis agujeros a la completa disposición de mi perro. De pronto, sentí como su verga buscaba mi ano, sentirla intentando atinarle me calentaba y me hacía gemir sin siquiera aun ensartado la punta. “Vamos chiquito, tú puedes” –le decía. “¡Esta perrita quiere verga!” –decía gimiendo. Hasta que por fin la punta encontró mi hoyito y se empezó a mover salvajemente. Grité de placer cuando entraba hasta que su bola se metió completa y quedamos deliciosamente pegados. Me movía para sentir ese exquisito grosor profanando mi ya abierto agujero, era tan rico, tan perverso estar pegada a Rey, que tuve varios orgasmos que me dejaban casi sin respiración.

En ese morboso éxtasis sentí como su verga se descargó en mi culito, dejando su semen caliente chorreando de mi interior, me había vuelto una buena perra para rey. Todo enero y febrero lo tuvimos para nosotros cogíamos todos los días, siempre estaba lista para sentir su deliciosa verga profanando mis agujeros y a cambio el placer era infinito. Por primera vez no quise salir de vacaciones, todo sea por dejar que rey me haga gritar como una zorra cada vez que me cogía.

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

4 comentarios:

  1. Cuando el hermoso perro personaje de la historia define que su hembra es esa mujer logra conquistarla y de gran manera la pluma del señor escritor nos lleva a un momento tan caliente que casi caigo en su trama. Realmente eres genial mi señor

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  2. Wao que rico escrito hace mojarte las bragas siendo tu la actriz principal de esta obra como siempre exquisito Caballero

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  3. Me dejó usted como siempre húmeda, amo sus relatos 🥵🥵

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