jueves, 17 de octubre de 2024

31. Mi padrastro


Me llamo Karen, tengo 19 años. Mamá se separó de mi padre hace algunos años por problemas que no les contaré, pero de común acuerdo decidieron tomar caminos diferentes. Yo me quedé con mamá, así nos acompañaríamos y el golpe de la separación no le afectaría tanto.

Ya han pasado varios años y mamá conoció a Tomy, le decimos asi ya que se llama Tomás. Trabajan juntos en la misma empresa y empezaron a salir. Un día mi madre me dijo que nos iríamos a vivir con él y oficialmente Tomás se convirtió en mi padrastro.

Tomás, es un hombre atractivo para su edad, 48 años, siempre muy bien cuidado, oliendo a un perfume embriagador que me gusta muchísimo, es como oler ese perfume es imaginarte a Tomy. Es muy simpático, nos llevamos muy bien, tenemos mucha confianza.

Ellos se llevan muy bien en todo sentido. yo escucho a mi madre gimiendo, gritando de placer cuando cogen. Muchas veces escuchando a mi madre gozar, me he excitado al punto de masturbarme. Varias veces la he imaginado con sus piernas abiertas y a Tomy disfrutando de ella y haciendo que mamá disfrute como loca cuando se la mete.

Un día yendo al supermercado le pregunté con toda tranquilidad: “Tomy, ¿que le haces a mi madre que grita tanto?”. Me miró y se quedó unos segundo en un incómodo silencio, pensé que me iba a regalar, pero no. “A ver Karen, “¿tú nunca has tenido relaciones sexuales?”. Me preguntó mientras caminábamos por el estacionamiento. “Sí, tampoco soy una blanca paloma. Mi primera vez fue a los 15 años con un novio que tuve y la segunda vez fue con otro novio que tuve cuando ya tenía 18 años, pero nunca me hicieron gritar de placer como haces gritar tú a mi madre” –le respondí cuando entramos al supermercado. Ya dentro, caminando en los pasillos, me dice: “Es que no supieron cogerte bien, sólo se preocuparon por disfrutar ellos. ¿Por el culo te la metieron?” –me decía y preguntado basado en la confianza que tenemos. “Si, puede ser. Ellos acabaron casi apenas me la metieron y nunca se atrevieron a poner si quiera la punta en mi culo” –le respondí con sinceridad. “Por eso hija, te cogieron mal, no te hicieron disfrutar y el no haberte dado por el culo es un pecado, con ese culo tan apetitoso que tienes” –dijo él . Yo me reí aunque debo reconocer que tenía las bragas mojadas por la conversación. Hicimos las compras, volvimos a casa y ya dejamos de hablar de eso.

Mi experiencia sexual es mínima, ya que solo habia tenido sexo en dos ocasiones y por lo que me dijo Tomy fui mal cogida. Me quedó dando vueltas la conversación con él y lo que más me resonaba fue lo que dijo de mi culo y apenas llegamos a la casa me metí en la pieza para masturbarme. La imagen que tenía era mi madre en cuatro y a Tomy dándole verga en el culo. Fue una de las pajas más morbosas que me he hecho y tuve un delicioso orgasmo. Cuando salí de mi pieza no me atreví a preguntarle si ya había metido por el culo a mamá, pero supongo que sí ya que también tiene unas deliciosas nalgas, está mal que lo diga pero es así. Ahora, siempre que los escuchaba me ponía más caliente y me masturbaba tan deliciosamente imaginando a mi mamá recibiendo verga por el culo.

Una tarde llega Tomy del trabajo y me dice que mi madre iba a hacer doble turno. Ellos son guardias de seguridad. Estaba nerviosa, quería insinuarme a ese hombre, pero no sabía como hacerlo y tenía miedo que le diga a mi madre, pero el hecho de que tendríamos toda la tarde solos me ponía caliente. Tomy entró a ducharse, yo daba vueltas por la casa, me comían los nervios, sentía mi concha mojada y como que me palpitaba. Cuando Tomy sale del baño, le dije: “Ahora me voy a duchar yo”. La intención era sembrar la curiosidad y que me viera. No hice más que quitarme la ropa y sentí como mis fluidos escurrían por mis piernas. Me metí a la ducha y cuando el agua tibia cayó en mi cuerpo, mis manos se deslizaron lentamente hasta mi entrepierna. que ahora me iba a duchar yo. Mi clitoris estaba hinchado, sensible, mis dedos se deslizaban con lujuria imaginando a Tomy cogiendome como un endemoniado animal. Quería gritar pero intentaba contenerme, mis gemidos eran contenidos por la caída del agua, solo quería que entrara y viera lo caliente que estaba, y terminará cogiéndome tan rico como lo hace con mi madre. Mis pezones estaban tan duros que tocarlos producía que mi cuerpo se estremeciera, me apoyé en la pared y me deslicé despacio hasta quedar sentada en el piso con las piernas abiertas. Estaba perdida en el placer, mi cuerpo temblaba, era inevitable. Pronto el orgasmo me estaba azotando con fuerza y me rendí a él hasta que mi cuerpo se desvanecía, era tanto el placer que estaba jadeando por aquellas olas infernales de perversión que me tenían casi en la locura.

Terminé de ducharme y por la calentura no llevé toalla, acongojada grité: “¡Tomy! ¿me traes una toalla?”. Estaba temblando de pies a cabeza por el intenso orgasmo y porque el entrara al baño. Esperaba parada en la bañera con la cortina abierta chorreando agua. Mi corazón latía a mil, golpea la puerta, “pasa” –le grité con la voz temblorosa por los nervios. Cuando Tomy entra, me quedó mirando sorprendido, vi como me miró de pies a cabeza. “Si quieres te seco yo” –me dijo sin dejar de mirar mis tetas. “¿De verdad me secarías?” –le dije, aceptando su mano para ayudarme a salir de la bañera. Me pasó la toalla por todo el cuerpo sin dejar de mirar mis ojos. Yo no podía dejar de temblar mientras mi padrastro me secaba. “¡A la mierda!” –dijo. Tiró la toalla a un lado y me empezó a chupar los pezones que estaban duros, los mordía con poca sutileza. El dolor que me producía era placentero, me gustaba que lo hiciera así. Siento su mano pasar por mi concha, abro las piernas para que me la acaricie con libertad. Ya estaba poseída por la lujuria y la perversión de estar con el hombre que se coge a mi madre y la hace gritar como puta. Empecé a gemir cuando sin dejar de chupar mis tetas me mete un dedo y lo movía dentro de mi concha, que estaba empapada. Me levanta en sus brazos, yo me abrazo a su cuello y mientras me llevaba a su cama nos íbamos besando con perversión.

Me acuesta con mucho cuidado y me abre las piernas, mirando, oliendo. Grité de placer cuando siento su boca y su lengua en mi concha. Yo tenía las piernas bien abiertas y levantadas mientras mi padrastro hacía que retuerza el cuerpo y grite de placer chupando mi vagina. Las veces que tuve sexo solo se encargaron de metérmela y ya, era un delicioso placer que me estremecía completa. Mordí la almohada para ahogar los gritos de placer que daba cuando mi padrastro me dio la vuelta y abriendo mis nalgas empezó a lamer y chupar mi ano. Así como estaba enloquecida, siento como acomoda su verga contra mi concha, yo gritaba de placer cuando me la empezó a meter. Sentía como se abría mi vagina cuando su verga entraba hasta que se metió toda. Ya no ahogaba mis gritos de placer sintiendo la verga de mi padrastro que entraba y salía furiosa. “¡Dame más fuerte Tomy!” –le gritaba. Me tomo de las caderas y quedé en cuatro ante su deliciosa verga. “Karen, quiero darte por el culo” –me dijo pasando su dedo por mi ano sin dejar de taladrar mi vagina. “¡Hazme lo que quieras! –le grité con mi cara aplastada contra las sábanas, gozando como una loca. Ahora entiendo los gritos de placer de mi madre, yo estaba igual, gritando de placer, aunque a veces los ahogaba contra las sábanas.

Sacó verga, me abrió las nalgas y me vuelve a chupar el ano. Nunca había estado tan caliente como estaba ahora. Mi culo estaba empapado por su saliva, gemí cuando metió uno de sus dedos en mi ano. Sentía como se abría, la sensación era dolorosa pero me gustaba, se estaba encargando de darme placer como nadie lo hizo jamás. Siento como apoya su verga contra mi ano. Di un largo gemido cuando empezó a entrar en el culo. Sentía como se abría y se desgarraba a medida que se amoldaba a su verga hambrienta. Lo hacía con mucho cuidado, me estaba rompiendo el culo pero con mucha delicadeza.

La mezcla de dolor y placer me hacían babear, pedirle que no pare, que siguiera, que me rompiera el culo sin compasión. Nunca me imagine que se disfrutara tanto tener su verga en mi agujero. Sentir como se abre el ano, como la verga cuando va entrando lo va rompiendo es una sensación de dolor, el placer diferente de tenerla en la concha, es algo completamente distinto, hasta que no aguanté y grité de placer cuando sentí mis nalgas aplastarse contra el cuerpo de mi padrastro. “¡Me la metiste toda! ¡Me rompiste el orto!” –le dije moviendo mi culo en círculos, bien pegada a él y su verga bien metida en mi orto abierto. “¿Te gusta Karen?” –me preguntó agarrando mis caderas y dándome fuerte abriendo más mi culo. “¡Si Tomy, me encanta que me cojas el culo!” –le grité disfrutando como loca como mi padrastro me la metía.

Tomy sacó la verga de mi culo, yo caí en la cama con el orto abierto, me palpitaba, era una sensación exquisita, para ser la primera vez fue demasiado intensa pero placentera. Me hizo poner boca arriba y me volvió a chupar la concha, que yo no sabía si me había orinado o no ya que estaba tan mojada. Tomy me levantó las piernas y la volvió a meter en mi culo, yo gritaba de placer cuando me la volvió a meter. “Tomy, ¡quiero ser tu amante, me encanta como me coges!” –le gritaba a mi padrastro sintiendo como su verga se metía y salía con total libertad de mi culo. “Ahora entiendo porque mamá grita cuando te la coges, eres un maldito animal” –le decía a ese hombre por el placer que sentía al estar cogiéndome. Sentía mi estómago apretado, como si fuera explotar por dentro, hasta que di un tremendo grito y me empecé a acabar. Sentía que me moría de placer sintiendo su verga metida bien adentro de mi culo.

Sacó su verga y la puso en mi cara, pensé que iba a querer que se la chupe, pero estaba toda sucia, me había echo caca, pero sus intenciones eran otras. Se masturbó por unos segundos y eyaculó en mi rostro, en mis tetas, era sublime sentir su semen caer sobre mi cuerpo. Mi padrastro empezó a pasar su mano por mi cara, por mis tetas embadurnándome toda de semen, metiendo sus dedos en mi boca y yo se los limpiaba con la lengua. Fue increíble lo que disfruté, sentía como mi ano pujaba, sentía un dolor intenso, sabía que estaba abierto, pero el placer que me hizo sentir era muy superior a todo lo demás.

Nos volvimos a bañar juntos ahora, entre besos y caricias, se lavó bien la verga e hizo que se la chupe bajo la ducha, escuchaba sus gemidos de placer y como movía su verga en mi boca. Se sentía dura, venosa y palpitaba perversa, dio un gemido bien fuerte y sentí en mi boca sus chorros de semen. Era la primera vez en mi vida que me llenaban la boca con semen, sin pensarlo la tragué, quería demostrarle que sería toda una puta dispuesta a complacerlo.

Obviamente, me convertí en su amante. Lo más perverso es que ese hombre que me hace disfrutar tanto en la cama. Es el hombre que me coge cuando y por donde sea; me hace gritar de placer y desear tener su verga ya sea en mi boca, en mi concha y en mi culo. Ahora ya no tengo que imaginar a mi madre disfrutando de su verga porque también la disfruto cuando ella no está, aunque todavía sigo escuchándolos coger pero ahora lo hago pajeándome en la puerta de su habitación.



Pasiones Prohibidas ®

3 comentarios:

  1. Q rico relato Caballero hace que vuele tremenda mente la imaginación a flor se piel como siempre exquisito relato Caballero

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  2. Maravilloso relato 👏 de mis favoritos

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